Durante el trayecto hacia nuestros destinos, es muy normal ir platicando con tu compañero de viaje o incluso con personas que recién conociste abordando la unidad. Nosotros hemos escuchado muchas anécdotas durante nuestros diferentes viajes. Te cuento algunos pedacitos que recuerdo de las grandes historias que nos han compartido y vivido varios de nuestros pasajeros:
Mi primer viaje
“Mi papá me contaba que cuando era joven viajaba en autobús de Victoria hasta Monterrey para estudiar. En cada trayecto, llevaba un cuaderno donde escribía canciones y poemas. Años después, encontré ese cuaderno en una caja vieja. Entre las páginas, todavía estaba el boleto de su primer viaje. Me gusta pensar que cada ruta guarda pequeños recuerdos de la vida de muchas personas.”
La bienvenida
“Recuerdo un viaje de Monterrey a Tampico. En el asiento de al lado iba una señora con una cajita en las piernas. Platicando, me contó que llevaba el pastel de cumpleaños de su nieto, al que no veía desde hacía un año. Tenía miedo de que no llegara entero, pero más miedo de que el niño ya no la reconociera por el tiempo transcurrido. Al llegar, en la central ya la esperaba una familia con globos y un cartel que decía: ‘Bienvenida, abuelita’. El pastel se partió un poquito en el camino… pero la sonrisa del niño estaba intacta.”
Entre sueños
“En un viaje a San Luis Potosí, un pasajero se quedó dormido profundamente. De repente, empezó a hablar en sueños: ‘¡Cuidado con la vaca!’. Algunas de las personas a bordo volteamos asustados, pero afuera no había nada. El señor siguió murmurando frases hasta que alguien lo despertó. Se levantó confundido y todos reímos. Desde entonces, cada vez que viajo recuerdo esta anécdota.”
Y con esto concluímos las historias, ¿a ti te ha pasado algo parecido o algún otro acontecimiento? Cuéntanoslo la próxima vez.