Construido a principios del siglo XX, con aproximadamente 140 años de antigüedad, este icónico faro ha guiado a innumerables barcos a través de las aguas del Golfo de México. Inició operaciones el 5 de febrero de 1883 como señal marítima. Inicialmente iluminado con aceite de ballena y posteriormente con petróleo, fue modernizado para utilizar una lámpara eléctrica.
La linterna se eleva a una altura de casi 42 metros, convirtiéndolo en uno de los faros más altos del país. Su estructura tiene forma de pirámide hexagonal con un cilindro central que contiene las escaleras de caracol de 209 escalones que llevan al cuarto de servicio y a la luz.
La luz emitida por este faro consiste en tres destellos blancos por segundo, con una intensidad equivalente a 36 unidades de 100 lámparas Cárcel. Su alcance en tiempo claro es de 55 millas marinas y geográficamente de 18 millas.
Es importante destacar que la posición actual de este faro tiene una gran importancia histórica para la región y el país. El 11 de septiembre de 1829, en este sitio, las fuerzas militares derrotaron al ejército español que intentaba reconquistar México.
Actualmente, el faro está bajo resguardo de la Administración Portuaria Integral (API) de Tampico, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes lo protegen y restauran con el fin de convertirlo en un destacado punto turístico de la zona en el futuro.